Por Martín Lata*
Hay una triste
historia que nació en un pajonal, en un puesto de la estancia llamada del
salitral.
Cuentan que en una
tarde cuando el sol ya se escondía dos hijitos del puestero jugaban a la
escondida entre
las matas crecidas, cuando un puma hambriento que estaba agazapado, ataco al mas pequeño
que casi no ofreció resistencia.
El grito, heló la
sangre de su madre en la cocina que imaginando algo malo corrió al patio sin
tardanza, para ver como el puma espantado por su otro hijo huía al pastizal.se
acerco corriendo donde quedo el pequeño y un charco de sangre anunciaba la
desgracia.
Seria un puma cebado
argumentaba el paisanaje, que pronto armo el patrullaje para buscarlo en el
monte. Dicen que fue el propio padre el que llevando al pequeño sobre el lomo
del caballo lo vio morirse despacio como quien no quiere marcharse del mundo, ni
dejar a sus hermanos.
Hoy una cruz en el
pago simboliza aquel confuso momento donde un animal que pocas veces ataca al
ser humano produjo una tragedia; allí quedo abandonado el puesto que nadie
volvió habitar en memoria de ese niño, que hoy debe ser un angelito en las
manos del señor.
* Autor Néstor O Salgado
Escritor Argentino
Si desea leer noticias sobre ataques de pumas a seres humanos lea como ejemplo esta noticia http://www.lanacion.com.ar/77343-un-puma-mato-a-un-bebe-en-las-cataratas o busque más en el buscador de su pc
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