cansado de trabajar
al puesto que tengo a cargo
desensillo despacio, como queriendo aletargar el tiempo.
Sintiendo como me pesa el alma,
luego de la larga jornada de trabajo.
Recorrer las aguadas, revisar la hacienda
curar algun animal avichado, o apartar la novillada.
Es al llegar al hogar cuando el paisano
se reencuentra con su tiempo.
Allí preparo unos mates, charlo con mi familia y después de la cena calmo las penas acariciando las cuerdas
de la guitarra, o escribiendo Décimas que van naciendo
de mis propias vivencias.
Se que tan solo soy un número más
en las finanzas de mis patrones y aunque nadie me impone
más allá de mis penas y alegrías, en mi vida hay un propósito.
Es ser un digno ejemplo para mis hijos.
Ellos sabrán por el ejemplo de su padre
que el pan de cada día, se gana honestamente trabajando.
Néstor O Salgado
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