La noche estrellada era acariciada por el canto de los grillos y cada tanto el aullido de un zorro nos recordaba nuestra presencia en la tierra pampa.
Luego de la cena y compartir varias veces la botella de Ginebra, mientras algunos quedaba de guardia cuidando la hacienda, el resto nos acostamos pobre el cojinillo contando como cabecera los bastos, permanecía un largo rato mirando las estrellas; era en esos momentos cuando mi mente se acercaba sigilosamente en el recuerdo a tu presencia.
Padre mio, madre amada, pioneros de la patria, si los habra alumbrado las estrellas mientras en un ranchito de barro criaban la familia y sembraban el trigo al voleo, o cuidaban aquel rebaño de obejas; como olvidar aquellas tortas fritas hechas en el brasero, o aquel ¡¡¡Cuidese mi hijo!!! cada vez que salia en el sulky con mis hermanos rumbo a la escuelita rural.
Por eso en este día de la tradición, quisiera decir una sola cosa.
¡¡¡Viva la Patria!!!
*Foto ilustrativa sobre el tema tratado, del Paisano Gonzalez
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